En estos últimos años el aumento imparable de usuarios de internet ha favorecido la implantación de nuevos hábitos y entretenimientos, entro ellos podemos destacar el póker online. Hasta hace poco el juego del póker quedaba reducido a su práctica a casinos, a algunas reuniones particulares y al cine.
A fecha de hoy, gran número de casinos virtuales ofrecen la posibilidad de practicar este juego de azar, que para muchos no es un juego de azar, sino de habilidad, compitiendo contra jugadores de cualquier lugar del mundo, en sus variantes más conocidas “Omaha” o “Texas hold’em” y ofreciendo cursos de formación y consejos varios con los que mejorar la destreza de los participantes.
En poco tiempo, el número de jugadores ha crecido exponencialmente, muchos de ellos han dado el salto a las partidas presenciales e incluso han hecho del póker su “modus vivendi”
¿Cómo tributan los beneficios obtenidos en el póker?
La normativa del IRPF los trata como “ganancias patrimoniales que no derivan de la transmisión de elementos patrimoniales” y que atención se integrarán en la base general del IRPF y por tanto tributará en las escala normal de renta (0%-45%). El jugador que resida en España tendrá que declarar sus ingresos con independencia del país en que los haya obtenido. La declaración del IRPF dispone de una casilla especial para este tipo de rendimientos en la que se deberá consignar el resultado neto (beneficio obtenido) con la actividad de póker, sumando todas las operaciones positivas y deduciendo todas las pérdidas.
Así por ejemplo quien hubiera ganado en 3 partidas 53.000€ pero en una cuarta hubiera perdido 22.000€ declararía en el IRPF un saldo positivo de 31.000€ en concepto de “ganancias patrimoniales que no derivan de la transmisión de elementos patrimoniales”
Hasta el 2012 el tratamiento fiscal era sensiblemente peor, dado que no se permitía la compensación de las pérdidas y se tributaba sobre los beneficios, esto es, tomando en consideración las operaciones positivas, pero dejando de lado las negativas. Ello suponía al jugador tener que soportar una tributación totalmente desproporcionada respecto del beneficio real obtenido, penalizándose gravemente dicha actividad
¿Qué ocurre con los gastos de viaje y asociados a la actividad del juego?
Imaginemos un jugador profesional que recorre Europa jugando en diferentes casinos o participando en diversos torneos de póker, es obvio que tendrá que costearse caros desplazamientos, hoteles, manutenciones etc…, pero lamentablemente para él no podrá deducirlos, dado que su actividad es considerada una variación patrimonial y no una actividad económica ejercida por cuenta propia que permita la deducción de los gastos relacionados.
Delitos fiscales y sorpresas desagradables.
Muchos jugadores no declaraban sus ingresos y recientemente han saltado a los medios de comunicación varios casos de jugadores profesionales que han tenido graves problemas con el fisco español entre ellos destacamos:
- Dragan Kostic, condenado el 8.11.2016 por delito fiscal por el juzgado de instrucción nº 3 de Palma de Mallorca con una pena de un año y medio de prisión y la obligación de abonar 630.110,93€ entre cuota y sanciones. En este caso el sr. Kostic alegó sin suerte, que desconocía estar obligado a declarar dichas rentas y que actuó de buena fe.
- José Cortés, un joven y brillante jugador español, que fue condenado el 31.3.2016 por delito fiscal por el juzgado de instrucción nº 6 de Zaragoza a un año de prisión y al pago de 432.246€ intereses, en este caso Cortés intento alegar que el premio y rendimientos obtenidos y que no había declarado, estaban compartidos con un inversor que ejercía lo que en el argot se conoce como “bancaje”, esto es, proveer de fondos al jugador, para que este disponga de liquidez para jugar, a cambio de una participación en sus beneficios.
Ambos casos fueron tratados por Hacienda y por los tribunales con mucha dureza, excesiva a nuestro entender, de ello deducimos que el póker en España puede ser aún considerado por muchos como una actividad oscura o inmoral, mientras que en muchos otros países se considera un juego de destreza en el que los mejores jugadores alcanzan gran popularidad.